En el año 1915, en Argentina, el Hermano Bernardo Eugenio Portal, un Escribano Público, se encontraba atravesando un periodo de incertidumbre en su vida, marcado por las adversidades de una época turbulenta, reflejo de los horrores de la Guerra que asolaba en otras partes del mundo. Anhelaba encontrar una guía que le iluminara el camino, permitiéndole relacionarse con una vibración espiritual cuyo origen desconocía.
Inició así una búsqueda ferviente, explorando diversas fuentes dentro del ámbito espiritual, hasta que finalmente se encontró con la Hermana Blanca Aubreton de Lambert, quien más tarde se convertiría en la Cofundadora de la Institución. Esta Hermana practicaba la actividad mental, conocida en aquel entonces como mediumnidad, y había recibido enseñanzas en su juventud de un espiritista llamado Zuave Jacob, un soldado francés que fungía como enfermero en el ejército.
El encuentro entre el Hermano Eugenio y la Hermana Blanca reveló una profunda afinidad espiritual entre ambos. Durante esta primera entrevista, la Hermana Blanca se predispuso espiritualmente para recibir una indicación del Bien, cuando sucedió algo inesperado y desconocido que estaba fuera de su alcance y que en ese instante dio inicio a la Escuela Científica Basilio, se manifestó en ella el espíritu de Pedro Basilio Portal, quien en vida humana había sido el padre del Hermano Eugenio.
Reconociendo esta relación espiritual, el Hermano Eugenio escuchó el mensaje transmitido por su padre, que les indicaba que ambos tenían que iniciar y fundar una Escuela dedicada al Ideal de la Redención Espiritual y Humana, basada en la corrección de errores y guiada por los principios de Verdad y Justicia en el camino hacia Dios.
Esta institución se erigiría como la continuadora de "La Idea Nueva" traída por Jesús de Nazareth al mundo en su época.
Pedro Basilio ofreció detalladas instrucciones sobre cómo iniciar la Escuela, prometiendo acudir para esclarecer cualquier duda que surgiera.
Con el tiempo, más hermanos se unieron a las reuniones donde se impartían conocimientos y se manifestaba el espíritu de Pedro, brindando fe y esperanza a los nuevos discípulos en la comprobación espiritual y práctica de la doctrina.
Después de dos años de arduo trabajo y preparación, llegó la fecha espiritualmente señalada para la fundación y divulgación de la Escuela, el 1 de noviembre de 1917, momento en el cual se reflejó la presencia del Redentor de la Humanidad y único Maestro, Jesús de Nazareth.
…“ Yo, Jesús de Nazareth, en nombre de Dios, nuestro Padre y Creador, imparto los Rayos de su acrisolada Luz para la iniciación de la Obra de la Redención Humana, confiando en sus dos primeros Misioneros, Hermanos Blanca y Eugenio, que ya antes de encarnar habían Prometido a Dios cumplir con esta Misión.
La practica espiritual y las leyes de Dios servirán de base a esta fecunda hermandad que será la Obra de la Redención, cuyos estudios, descorriendo las tinieblas que envuelven la vida espiritual, establezcan en forma definitiva los principios innegables de su existencia y cuál es la consecuencia de la equivocación.”…
…“Será Escuela porque dictara cátedra continua de Enseñanza, será Doctrina porque establecerá los principios innegables de la Fe, será ciencia porque hará un estudio sobre la existencia del mundo de los Espíritus, brindara ayuda a todos los seres que por una u otra causa la necesiten, sus puertas estarán abiertas no solamente para el consuelo al dolor, sino para que de ella salgan las normas que establezcan la Igualdad; tendrá como base el Amor, punto vital de toda su acción. “…
Desde entonces, la Escuela ha trabajado incansablemente en pos de la Redención de los seres humanos, extendiendo su enseñanza y práctica a través de las escuelas en todo el mundo.
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